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¿Qué son los itinerarios?
Son la traducción de las intuiciones o grandes orientaciones pastorales, para que la intervención catequística concreta responda a las necesidades de maduración integral cristiana de los muchachos/as, es decir que sea de calidad y significativa.
- Son caminos, procesos, que de alguna manera tienen que implicar avance en una dirección más o menos previsible.
- Se centran en acompañar personas e intentan cubrir ciertas dimensiones fundamentales.
- Requieren evaluación permanente.
- En su concreción existe un ritmo grupal y uno personal, que pueden entrar en conflicto.
Elementos a tener en cuenta para trabajar con mentalidad de itinerario
Los sujetos del itinerario
Grupo o población que va a vivir la propuesta. Es importante saber quiénes son, cuál es su realidad, sus necesidades, sus riquezas y posibilidades. Para responder a este requisito se podría pasar por los siguientes tipos de preguntas:
La preocupación o inquietud pastoral
Hace falta determinar lo que constituye el campo o campos de preocupación pastoral hacia el que se va a orientar el itinerario. ¿Es un itinerario para formación misionera?, ¿para profundizar en la fe?, ¿para prepararse a un sacramento?... No podemos acompañar todas las dimensiones, apuntar a todas las direcciones, es necesario acotar algunos ámbitos que son preocupación principal del itinerario.
La visión o sueño
Es una descripción del punto de llegada al cual aspiramos, sabiendo desde dónde partimos. “En un plano de construcción, este sería el momento del arquitecto, cuando se dedica a imaginar la edificación”. A diferencia de los objetivos no necesita ser tan concreto, tan evaluable. Es más bien una intuición realizable, un deseo fundado en la realidad y por ello posible. La visión indica una dirección en la cual caminar, un punto de convergencia que atrae desde el futuro.
El objetivo del itinerario
El objetivo es más concreto y debería ser evaluable a través de indicadores. Por otro lado, es “menos estable” que la visión, en el sentido que una vez iniciado el proceso podemos descubrir que el objetivo era demasiado ambicioso, o no era adecuado, o se quedaba corto… y puede requerir ser reformulado en un objetivo alcanzable distinto, que siga en la dirección de la visión.
Dimensiones a trabajar
Establecer cuáles son las dimensiones a trabajar en el Itinerario y que mejor responden a la visión y objetivo del itinerario y la situación de los participantes… Aunque acompañan todo el proceso pueden estar más acentuadas unas que otras en diversos momentos. Por ej. dimensión bíblica, comunitaria, celebrativa, compromiso… etc.
Recorridos, metas parciales, pasos intermedios, etapas
Este es el elemento más en novedoso del método del itinerario. Se trata de corregir dos errores: el primer error se refiere a los saltos que suelen caracterizar nuestras intenciones educativas, queremos que los chicos lleguen enseguida aquello que nosotros nos llevó años llegar. Y el segundo error se refiere al trabajo pensado por partes, a olvidarnos que la persona va creciendo como un todo.
Comenzando en la situación en la que se encuentra el grupo y que fue detectada en la descripción de su proceso, se van a delinear los pasos progresivos y graduales por los que se va a ir alcanzando poco a poco el objetivo final. Y más importante todavía, por los que se va a ir logrando gradualmente el proceso de maduración integral de los miembros del grupo.
Se trata pues de idear un camino gradual por el que los participantes del proceso de van apropiando de actitudes y conocimientos, van integrando vivencias e insertándose en el misterio de la fe.
Las metas o etapas no los contenidos o actividades, ellos son los medios por los cuales la persona va integrando nuevos elementos con los cuales hacer un camino.
Desarrollo del itinerario
Es el momento de pensar las actividades, los contenidos específicos, las estrategias, los tiempos que se prevé destinar, los responsables, los recursos reales disponibles o que se puede disponer. Es en este momento y el anterior que surgen escollos, dificultades, y es necesario estar atentos para responder a la realidad sin traicionar la visión y los objetivos.
Evaluación
es ir tomándole el pulso al proceso y por ello es importante que se realice con cierta frecuencia. Es importante recordar que la evaluación:
no es para mirar hacia atrás: ¿cómo salió?;
es para mirar hacia delante: ¿cómo seguimos adelante?;
-
no es para hacer la lista de las cosas malas y las cosa buenas (revisión);
es para señalar los motivos que hicieron posible el logro y lo defectuoso;
no es para regañarse en el grupo, (juicios)
es para destacar los esfuerzos y las cualidades de los participantes;
no es para conversar acerca de lo que debíamos haber hecho,
es para conversar acerca de lo que establecimos que íbamos a hacer.
Evidentemente, de las evaluaciones pueden surgir nuevos recorridos, reformulación de metas o de modos de trabajar.