¡No nos dejemos robar la esperanza!
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Don Bosco fue un soñador que soñó a lo grande. Soñó patios llenos, escuelas y talleres donde los jóvenes se formaran, soñó que Jesús llegara a tocar el corazón de todos los jóvenes… ¡de todos los jóvenes del mundo! No se quedó en Turín, soñó a lo grande, soñó a Valdocco llegando hasta en el rincón más recóndito de la Tierra.
En cierto modo, también Don Bosco soñó con todos sus hijos e hijas… los del Oratorio San Francisco de Sales, los de España, los de China, los de Uruguay. Soñó con los de su tiempo y soñó con los que llegaron después.
Y esa capacidad de soñar a lo grande, se contagia. Hoy por hoy, para ser fiel en el seguimiento de los sueños de Don Bosco, hay que tener capacidad de soñar. De soñar para uno mismo, pero sobre todo de soñar por los jóvenes que se acompañan.
Les dejamos el testimonio de tres personas que, como Don Bosco, ¡sueñan a lo grande!
Casa u obra salesiana en la que está:
Rol que ocupa en la casa u obra:
Catequista en primaria y profesora de Formación Cristiana en secundaria
Título de cada entrevista:
¿Cómo iniciaste en la vida salesiana? ¿Cómo conociste a Don Bosco?
Mis comienzos en la vida salesiana fueron en el año 1990 cuando comencé el primer año de secundaria en el Colegio Pío. Mis padres me mandaron allí, si bien yo no vivía precisamente en el barrio, porque les gustaba la propuesta educativa y la zona era tranquila para ir sola en el ómnibus.
Siempre me enganché con las propuestas que el Colegio ofrecía, los grupos asociativos, misiones, campamentos, etc. Allí conocí a mis amigos y hermanos de la vida y allí descubrí a un Don Bosco cercano a través de la palabra de algún salesiano, el ejemplo del animador, el encuentro y la alegría del patio del Colegio. Transité momentos difíciles de mi vida, como la enfermedad y la muerte de mi padre, rodeada de personas que me acompañaron, que me sostuvieron, en quienes vi reflejado el amor de Jesús hacia mí. Los apostolados también fueron un refugio, donde me encontré con Jesús y crecí como persona y en la fe.
¿Cómo haces para vivir el sueño de Don Bosco en tu vida? ¿De qué modo “te sientes parte” del sueño de Don Bosco?
Me siento parte en el patio del Colegio, en el encuentro con los gurises que siempre me sorprenden con sus ocurrencias. Compartiendo con ellos lo cotidiano: sus alegrías, sus tristezas, sus logros, los encuentros y desencuentros. Estar ahí entre ellos, es sentirse parte del sueño de Don Bosco.
Desde tu experiencia salesiana, ¿qué eliges transmitir a los jóvenes con los que compartes?
Intento transmitirles mi experiencia de fe, que nace ahí, en ese mismo patio donde hoy estoy con ellos. El sentido de pertenencia al Colegio en mi tarea diaria es fundamental para mí, mis vivencias en el Colegio marcaron lo que hoy soy. Es allí que sueño que ellos vivan la experiencia de estar en un ambiente salesiano, la alegría y el sentirse queridos, todo aquello que te agranda el corazón y te hace sensible a los que te rodean.
¿Qué representa esa foto para vos?
En esta imagen estamos en una convivencia de secundaria, hace ya unos años atrás. Simplemente estar entre ellos, disfrutar del encuentro, de la charla y sentirlos cerca me hace feliz. Ahí es que descubro la importancia de lo que decía Don Bosco: “No basta amar, es preciso que se den cuenta que son amados”. Siempre pido a Dios que me enseñe a transmitir a los niños y jóvenes ese sentir, que son amados, que pueden contar conmigo…
Casa u obra salesiana en la que está:
Oratorio Rincón Don Bosco, Parroquia San Pedro, Rivera
Rol que ocupa en la casa u obra:
Título de cada entrevista:
“Los quiero felices ahora y siempre”. Esta frase de Don Bosco estuvo conmigo toda mi vida
¿Cómo iniciaste en la vida salesiana? ¿Cómo conociste a Don Bosco?
Yo la inicié a los 4 años, me crié en un patio salesiano compartiendo y aprendiendo las enseñanzas de Don Bosco , desde que tengo memoria me acuerdo de Don Bosco. Pero en 2015 me tocó animar por primera vez, fue ahí donde realmente lo conocí, en los ojos de los jóvenes y comprendí en la práctica sus enseñanzas.
Lo que más me cautivó de Don Bosco es la forma de siempre pensar en los jóvenes, además de las circunstancias que él pasaba en su vida, así mismo la entrega hasta el último suspiro a ellos.
¿Cómo haces para vivir el sueño de Don Bosco en tu vida? ¿De qué modo “te sientes parte” del sueño de Don Bosco?
Siempre intento dar mi máximo a los jóvenes, olvidarme de mis problemas y salir al encuentro con ellos, y cada vez que veo sus sonrisas siento que estoy haciendo lo correcto, en sí es lo que más me llena.
Desde tu experiencia salesiana, ¿qué eliges transmitir a los jóvenes con los que compartes?
Siempre que puedo les trato de transmitir el protagonismo salesiano, creo que si te sentís protagonista te interesa saber más sobre, y la idea es que sientan ese interés en la vida de él, para que de esta forma se siga cumpliendo el sueño de nuestro santo.
¿Qué representa esa foto para vos?
Esa foto representa mi mejor lugar en el planeta, con ellos y para ellos, realmente siento que nací para esto y agradezco mucho que Dios me diera la oportunidad de transmitirles a los jóvenes lo bueno que pueden ser sus vidas si la llevan al estilo de Don Bosco.
Casa u obra salesiana en la que está:
Parroquia San Benito, Paysandú
Rol que ocupa en la casa u obra:
Encargado de la Pastoral Juvenil de la Parroquia
Título de cada entrevista:
“Gracias Don Bosco, el sueño se hace realidad”
¿Cómo iniciaste en la vida salesiana? ¿Cómo conociste a Don Bosco?
A los 9 años cuando comencé la catequesis en el Oratorio Zona Este (Paysandú). Yo acompañaba a mi abuela a misa con 9 años y en un momento, el P. Pías se ponía a hablar mucho y recuerdo que hablaba de las historias de un tal Don Bosco. Así lo conocí.
Su capacidad de generar el encuentro con el otro, que transformaba la vida de los muchachos y la capacidad de ver la belleza en el corazón de los jóvenes, aún las realidades más difíciles.
¿Cómo haces para vivir el sueño de Don Bosco en tu vida? ¿De qué modo “te sientes parte” del sueño de Don Bosco?
Viviendo la esperanza, trabajando efectivamente con amor y confiando en la Auxiliadora. Siendo feliz en lo cotidiano. Que seamos felices también es parte del sueño de Don Bosco.
Desde tu experiencia salesiana, ¿qué eliges transmitir a los jóvenes con los que compartes?
Tener el corazón abierto a las personas para darle una bienvenida y a la realidad, también estar dispuestos a dar una mano amigablemente, también es reflejo del amor de Dios y signo de que el sueño de Don Bosco se convierte en realidad.
¿Qué representa esa foto para vos?
Esa foto me habla de lo feliz que me hace elegir trabajar por y con los jóvenes, porque me recuerda que juntos podemos hacer pequeñas y grandes cosas cuando somos movidos por el amor a los demás viviendo el espíritu salesiano.