Al joven Stefano Rossetti
S. Ignacio presso Lanzo, 25 de julio de 1860
Amadísimo hijo:
La carta que me has escrito me ha producido verdadero placer. Con ella demuestras que has comprendido cuál es mi sentimiento hacia ti. Sí, querido mío, yo te quiero con todo el corazón, y mi amor tiende a hacer lo que puedo para hacerte progresar en el estudio y en la piedad y llevarte por el camino del Cielo.
Recuerda los muchos avisos que te he dado en diversas circunstancias; mantente alegre, pero que tu alegría sea verdadera como la de una conciencia limpia de pecado.
Procura hacerte muy rico, pero rico de virtud, y la riqueza más grande es el santo temor de Dios.
Huye de los malos, sé amigo de los buenos; ponte en manos de tu señor Arcipreste y sigue sus consejos y todo te irá bien.
Saluda a tus padres de mi parte; pide al Señor por mí y mientras Dios te mantiene lejos de mí, le ruego que te conserve siempre suyo hasta que estés de nuevo con nosotros, mientras soy tuto con paterno afecto
Sac. Bosco Gio.