Tenemos la necesidad de renovar permanentemente nuestra mirada sobre la fe, la realidad juvenil, apostólica y cultural. Esa es la manera de ir apropiándonos de la mirada de Jesús y de sus sentimientos, para, de este modo, actuar también como Él lo hizo.
Aquí presentamos materiales, elaborados o seleccionados según las necesidades de nuestras casas, que servirán para fomentar el diálogo y las búsquedas personales y grupales. Darnos tiempo para profundizar en su lectura, reflexión y comentarios, puede ser una buena oportunidad para robustecer y formar nuestra fe, nuestra acción pastoral, nuestro diálogo con la sociedad.
El camino de Jesús es el camino de las orillas, de las periferias existenciales, no el camino del centro ni de las seguridades.
Jesús es nuestro camino. El camino de Jesús es el camino del servico humilde y generoso al que más lo necesita.
El camino de Jesús es el camino de la misericordia, de la proximidad paterna de Dios
El camino de Jesús es el camino de la luz, la verdad y la honestidad. Nada de lo que es falsedad e hipocresía nos hace personas verdaderamente plenas
En el mundo de hoy es urgente recuperar el carácter de luz propio de la fe, volver a descubrir que solamente la luz que deriva del “creer” es capaz de iluminar toda la existencia del hombre. Llegar a este (re)descubrimiento del carácter luminoso de la fe es para llegar el encuentro con Cristo y con su amor.
La carta encíclica del Papa no tiene otro fin que aquel: alimentar nuestra fe y el amor a Cristo. Por eso queremos acercarnos a la encíclica y leerla con un corazón abierto y una mente despierta, de tal manera que el calor del amor y la luz de la fe entren en ellos y engrandezcan nuestra persona.
Presentamos, ahora, unas fichas de lectura de la encíclica, que son un aporte para conocerla un poco más, meditarla en grupo, rezar para pedir más fe y amor, dar a conocer nuestra alegría de creyentes.
Primero nos acercaremos a un vistazo global de la carta, y después nos detendremos en los distintos capítulos o puntos relevantes. Para cada encuentro será necesario que los participantes tengan la encíclica (o fragmentos de ella), lapicera, una Biblia y una vela. Donde sea posible también se podrá utilizar un proyector de imágenes.
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