"El otro día escuché a alguien decir que la mejor expresión para manifestar algo sobre este tiempo de dificultad e incertidumbre es el silencio. Me llamó la atención ya que hoy en día escuchamos tantas opiniones y versiones sobre este tema que no esperaba escuchar algo así. Si pudiéramos afrontar este tiempo desde el silencio, el quedarnos en casa sería una oportunidad y no una limitación. Nos cuesta vaciarnos de todo eso que nos distrae y aprovechar esa pausa que tanto decimos que nos trajo esta situación.
Sin darnos cuenta el encierro nos ha vuelto más dependientes de la tecnología y de las redes sociales. Según un análisis de Smartme Analytics hubo un aumento de un 61% más de uso para WhatsApp, un 27% más para Instagram, un 36,5% más para Facebook y un 56.1% más para Twitter. Es más sencillo distraernos que tratar de establecer un diálogo interno.
Es el silencio (algo a lo que no estamos acostumbrados a recurrir) el que facilita el diálogo interno. Si aceptáramos el silencio y simplemente nos dedicáramos a escuchar, a escucharnos, sin esperar nada, sólo reconociendo lo que somos, podríamos dejar de estar atentos las incertidumbres y desmembrar la vida que nos rodea en el ahora.
Disfrutemos de este tiempo en casa y animémonos a sentir y gustar las cosas internamente. Redescubrir lo que somos aunque no nos guste lo que veamos, y así poder reconciliarnos con nosotros mismos.
Si Dios se manifiesta en el silencio: ¿por qué nosotros no manifestarnos ahí también?"
Andrés Márquez
Centro Monseñor Lasagna