Hoy estamos viviendo una realidad que nos encierra, nos obliga a estar en el sepulcro. Nos encontramos con miedos y sensaciones con las que no nos habíamos encontrado antes.
Pero en estos días, hay sobre todo una pregunta que me da vueltas y vueltas en la cabeza, y que tiene que ver con mi ser animador/educador salesiano, y quizás es una pregunta que a ti también se te haya cruzado en algún momento:
Los roces de la convivencia, la soledad, el seguro de paro, el egoísmo, la tensión que se vive en la sociedad, las ideologías, la crisis, el caos...
Pero hoy es Pascua. Y la Pascua llega a nuestra vida, y acoge la vida así como viene dada. La Pascua pasa en esta situación de encierro. Porque la Pascua sólo tiene sentido si se encarna en nuestra realidad.
Como cristianos muchas veces terminamos, sin quererlo, arrinconando la dinámica pascual a la celebración litúrgica, a las paredes de un templo. Pero esta dinámica pascual es semilla que cae en tierra fértil, preparada para dar frutos. Lo sucedido se sigue actualizando, la pascua ya está sucediendo.
Y hoy es Pascua, y hoy estamos encerrados y lejos de muchas personas. Hoy quisiéramos abrazar a tanta gente. Y la dinámica pascual se encarna en nosotros, hoy, también así, en esta realidad. Reconocer que en nosotros hay ganas de vivir este proceso, en mi humanidad, en mi historia, en mis procesos vitales. Mi vida misma quiere vivir la Pascua.
Porque es en lo humano, en lo que somos, es ahí donde Dios obra y trae plenitud, trae la fuerza de la entrega, del compartirme, trae la buena noticia que es liberarme de aquellas esclavitudes que no me dejan ser auténticamente libre, que no me permiten amar como puedo amar.
La Pascua pasa en mí, si decido salir de mi encierro, si decido aceptar esta realidad como me viene dada, no estar en pausa, esperando que todo se termine para vivir, porque la Pascua es tomar la vida como viene. El aquí y el ahora. Darle play, disfrutar, buscar momentos de alegría, buscar espacios donde pueda volcar mi aporte, buscar realidades (en mi realidad), donde pueda cambiar algo, donde pueda sumar.
Hoy es Pascua, en la vida que se nos regala, en las oportunidades, y en la libertad con la que vivimos este tiempo de encierro. Y esto, también, es palabra de Dios.
Lucía Iruleguy
Comunidad CML - Centro Monseñor Lasagna