El pedagogo español Xavier Aragay, que fue entrevistado por el Boletín Salesiano en el mes de abril de este año, propone que una herramienta muy útil en el discernimiento y la búsqueda pedagógica de las comunidades educativas es la capacidad de detenerse y “alargar el cuello” para ver de dónde se viene y adónde se va: es lo que él llama “jirafear”.
Jirafeando se aprecia la realidad de una manera distinta: con una perspectiva más amplia, se le da más fácilmente a cada cosa su lugar justo. Es particularmente útil en momentos de dificultad o de crisis, cuando fácilmente perdemos la mirada amplia y nuestra percepción está sesgada por los problemas por los que se está pasando.
Por eso no es tan extraño que el mismo Jesús haga una invitación similar cuando habla a sus discípulos sobre las dificultades que vendrán. En el texto de hoy, el Señor advierte sobre la llegada de momentos de miedo, angustia y violencia. Ante esas situaciones, que afectan lo profundo de las personas y que alteran la manera en la que vemos la realidad, Jesús advierte: “Cuando comience a suceder esto, enderécense y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación”.
Este tiempo del año nos ofrece diversos estímulos para jirafear. Por un lado es un tiempo de mirar hacia atrás: echar un vistazo al año y sobre todo a las relaciones en las que hemos crecido, y también las que hemos descuidado. Es un tiempo de contemplar los encuentros que nos fueron transformando, para descubrir en ellos la fuerza de la Vida Abundante que da sentido a toda nuestra existencia.
En este tiempo recibimos también estímulos para mirar hacia el futuro: comenzamos a plantearnos propósitos, barruntamos las oportunidades y los riesgos que el año 2019 comienza a insinuar… Jirafear nos lleva a tener perspectivas a más largo plazo, a pensar y sobre todo a soñar con una libertad que no necesariamente esté de malas con el realismo.
Es, también, tiempo de adviento: la mirada desde lo alto se tiñe también de color esperanza, no la ingenua ilusión del “todo estará bien”, ni la obstinada convicción del que niega las amarguras que la realidad le depara, sino la realista certeza del que se confía en la palabra del Dios Fiel; ese Dios que dice: “No temas, estoy contigo”, y permite, a quien confía, experimentar la verdad de estas palabras.
Por eso el “jirafeo” al que Jesús nos invita concluye con esa frase que transmite tanto fuerza como serenidad: se acerca la liberación. Todos los encuentros que nos han transformado, todos los anhelos que el mismo Dios pone en nuestros corazones, son una sombra y un anuncio del Encuentro por excelencia: el que nos da la Libertad y la Vida abundante.
Esta página se refiere a la lectura del Evangelio según San Lucas (21, 25-28. 34-36) proclamado en la Misa del 2 de diciembre, Domingo I de Adviento.
Escrita por el P. Francisco Lezama sdb para el Boletín Salesiano Uruguay de noviembre de 2018