Una forma de ver el camino de la Cruz es a través de las obras de arte. En este caso, presentamos una serie de fichas donde reunimos algunas imágenes del sacerdote y pintor alemán Sieger Köeder, acompañadas por textos y oraciones que nos ayudarán a rezar y contemplar el misterio de la Cruz.
Algunas claves de lectura para las imágenes (tomadas de Jesús Javier Llorente en Misión Joven):
+ Son pocas las imágenes en que aparece el rostro de Jesús, lo importante no es su figura sino lo que la rodea.
+ La cruz no aparece completa nunca, o bien aparece un palo horizontal o bien el palo vertical. Cuando aparece el travesaño horizontal la imagen se completa con una relación humana, bien de encuentro, bien de necesidad. Cuando en el cuadro aparece el palo vertical, el que toma protagonismo es Dios Padre, que tiene una presencia en la escena o una relación directa con lo que pasa.
+ El color tiene gran importancia. El camino de la cruz Jesús aparece asociado al color rojo, color de la sangre. Su túnica es roja cuando la lleva puesta. Es fácil distinguir quién es Jesús en todas las escenas aunque solo muestre sus manos ya que siempre habrá un trozo de tela rojo que mostrar. María, en cambio, aparece de verde, símbolo de la vida. Los tonos oscuros se reservan para aquellos que son los culpables de la muerte de Jesús, para los fondos, para los espectadores impasibles ante lo que está sucediendo.
+ En todas las imágenes hay una ausencia total a cualquier referencia en el espacio o lugar, en todos los fondos domina el negro, la noche y no hay referencias geográficas o de naturaleza, lo importante es la escena misma, no donde ocurre; es una escena que se repite y actualiza ante el espectador.
+ Dios Padre también se hace presente en este camino hacia la cruz. En algunas de las imágenes aparece una figura circular, bien blanca o bien negra, a modo de sol o luna en la parte superior del cuadro. Como si fuera un ojo que observa la escena, cuando es blanco es luz que acompaña, cuando es negro es tristeza y dolor.
ACEPTACIÓN (Jesús abraza la cruz)
PIEDRA ANGULAR (La primera caída de Jesús)
SIN PALABRAS (Jesús se encuentra con su madre)
CON NOSOTROS (Jesús cae de nuevo)
ALIMENTANDO (Jesús se encuentra con las mujeres)
¡AMÉN! (Jesús cae bajo el peso de la cruz)
CARA A CARA (Jesús es clavado en la cruz)
VIENTRE MATERNO (Jesús en los brazos de su madre)
La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo. Jesús experimentó la pobreza radical de la humanidad en el límite, en el fracaso, en el dolor, en la tentación, en la muerte… Pero su pobreza voluntaria es signo de su infinita riqueza. Solo se vence el mal a fuerza de bien; solo se vence el orgullo y la opresión a fuerza de la pobreza y humildad.
Las tentaciones de Jesús: ficha para trabajar en cuaresma a partir del video (descargar aquí).
Hay algunos que negaron la tentación en Jesús, porque la considerarían indigna del Hijo de Dios. Tal vez confunden una verdad: una cosa es la tentación, que en sí no es mala, y otra, es caer en la tentación. Es más, sabemos que la tentación es una oportunidad maravillosa para probar nuestro amor a Dios y nuestra opción por Él; además, la tentación nos hace descubrir los puntos fuertes y débiles de nuestra naturaleza humana; y, sobre todo, la tentación, nos hace más humildes para acudir e implorar la ayuda de Dios.
Las tentaciones de Jesús: con su pobreza y debilidad vence al mal (descargar aquí).
¿Qué es, pues, esta pobreza con la que Jesús nos libera y nos enriquece? Es precisamente su modo de amarnos, de estar cerca de nosotros, como el buen samaritano que se acerca a ese hombre que todos habían abandonado medio muerto al borde del camino (cfr. Lc 10, 25ss). Lo que nos da verdadera libertad, verdadera salvación y verdadera felicidad es su amor lleno de compasión, de ternura, que quiere compartir con nosotros. La pobreza de Cristo que nos enriquece consiste en el hecho que se hizo carne, cargó con nuestras debilidades y nuestros pecados, comunicándonos la misericordia infinita de Dios.