Pentecostés rememora una tarea que no cesa desde que el "Espíritu de Dios se movía sobre las aguas", dando vida al mundo. Una vida - la del Espíritu - que nosotros tenemos que proseguir manteniéndola y dándola con generosidad a los demás. Jésus nos mostró con su vida cómo hacerlo. ¿Cómo la muestro yo en mi comunidad?
Jesús descubrió esa presencia de Dios. Todo lo que vivió y enseñó fue consecuencia de esa experiencia. Todos estamos llamados a unirnos con Dios, que es Espíritu y está en nosotros como fundamento de nuestro ser.