El Rector Mayor de los Salesianos, Don Pascual Chávez, ha intervenido en los trabajos de la XIII Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos; una llamada y una propuesta práctica sobre la «urgente necesidad de iniciar y fomentar una «cultura vocacional» en la Iglesia».
«Evangelización y vocación son dos elementos inseparables. El criterio de la autenticidad de una buena evangelización es su capacidad para suscitar vocaciones, la maduración de los proyectos de vida evangélica, para implicar a toda la persona de los que son evangelizados, hasta que se conviertan en discípulos, testigos y apóstoles». Por esta razón, la pastoral eclesial debe convertirse en vocacional creando una cultura de la vocación «, que es una forma de pensar y de afrontar la vida como un don recibido gratuitamente de Dios para un proyecto o una misión según su designio».
La vocación cristiana es un encuentro, una relación personal de amistad que llena el corazón y transforma la vida: «Este Sínodo de la Nueva Evangelización debe ayudar a todos los pastores a ser verdaderos guías espirituales para los jóvenes, como Juan el Bautista, señalando a Jesús a sus discípulos: y diciéndoles: ¡He aquí el Cordero de Dios!». Un encuentro que es comunicación e intercambio del entusiasmo y de la pasión con la que se vive la propia vocación.
«Más que campañas vocacionales que poner en marcha, las parroquias, todos nuestros centros educativos pastorales debe ser capaces de crear un microclima donde crezcan y maduren las vocaciones, formando una auténtica cultura vocacional en la que la vida es concebida y vivida como un regalo, como vocación y misión, en la diversidad de opciones «, sugirió el Rector Mayor señalando que si son conocidas las causas de la disminución de las vocaciones, son menos claras y decisivas las respuestas a este fenómeno.
La dimensión vocacional constituye el principio inspirador y la salida natural de la pastoral juvenil: «La pastoral vocacional debe crear las condiciones adecuadas para que cada joven pueda descubrir, asumir y seguir responsablemente la propia vocación.»
El contenido de una auténtica cultura vocacional se refiere a tres áreas: antropológicas (concepción y presentación de la persona humana como una vocación), educativas (proponer valores relativos a la vocación) y pastorales (relación entre vocación y cultura objetiva y sacar conclusiones para el trabajo vocacional).
Don Chávez ha sugerido una propuesta operativa dividida en cuatro puntos:
«Los jóvenes de hoy viven a menudo en un entorno poco propicio para la vida espiritual. Están inmersos en una cultura del consumismo y de la ganancia, del disfrute personal y de la satisfacción inmediata de los deseos. Por otra parte, encontramos en los adolescentes y jóvenes una búsqueda de interioridad, un esfuerzo por comprender su propia identidad, así como una apertura y una sincera búsqueda de una experiencia de trascendencia. «