En cuaresma todos los cristianos estamos llamados a un tiempo de desierto, de preparar nuestros corazones para la Pascua. Pero en esta época del año también arrancan un montón de cosas, arranca la facultad, empezamos a preparar el comienzo del oratorio, se acaban los días lindos y las jornadas de trabajo se hacen más intensas. Entre todo esto, es como que empiezo a correr de un lado para el otro y la verdad que muchos días me cuesta entrar en conciencia de época de Cuaresma, me doy cuenta que a veces la rutina me pasa por arriba y no puedo vivirla como de verdad quisiera. Por eso, siento que tengo que seguir rezando y pidiendo a Dios que me ayude a hacerme un tiempo para él y a encontrarlo en lo que me va pasando, para poder vivir una Cuaresma con sentido.
Hay algo que me ayuda, que es el calendario de Cuaresma o cuaresmario. Tiene una acción para vivir cada día y de verdad me sirve para ponerme en sintonía. Por ejemplo, la acción para hoy era rezar por las personas que buscan trabajo. También trato de vivir el ayuno de algunas cosas, es decir, hacer algunos pequeños sacrificios y ofrecerlos a Jesús, por ejemplo trato de pasar menos tiempo con el celular, evitar comprar alguna cosa solo por gusto, etc.
Creo que todavía tengo que seguir creciendo en la oración diaria y en poder encontrar en la rutina a ese Dios que está ahí y quiere caminar conmigo, y no dejar que el estrés del día a día me impida verlo o me haga pensar que “no tengo tiempo” de preparar el corazón para su llegada.